![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5-MxuL1WHDqKda44aenqr10lcJ4VlAFuh6_Kr_mJFQ6teqihxoZZmt1muT4jBwNENZKwfbXB23tR2RzBL1dkZC4j6R-L9BEuGSpzZcZKsNN9f6zRE7p3Z-m1j_s4nCdrXyJeeSh7S92ta/s320/relatos+vertiginosos.jpg)
En esta ocasión, y mientras mis compañeros pistean en La Diabla, no dejaré solito el blog y les hablaré sobre el libro Relatos vertiginosos (que por cierto, me temo que lo perdí).
El libro es una recopilación de microrrelatos, selección del crítico literario Lauro Zavala. La minificción es una de las tendencias más populares en el cuento moderno, responde a la necesidad de experimentar con el lenguaje y los cánones establecidos en el plano de la narrativa. Cabe aclarar que no es una invención de nuestro tiempo, escritos semejantes son las fábulas, los bestiarios y milagros medievales, etc. El punto es que en años recientes se consolida como género.
Las principales características de un microrrelato son (y es aquí cuando el estudio de una carrera tan poco productiva da frutos): obviamente la brevedad, intertextualidad (referencia a otro texto), la ironía, los juegos de palabras, y que se trata de un género híbrido (los textos no siempre pueden encasillarse como relatos, sino que algunos caben en la categoría de prosa poética, o son incluso aforismos).
La brevedad en la narrativa siempre me resulta admirable, existen verdaderos genios en este terreno. Ramón Gómez de la Serna, por ejemplo, no tiene la intención de crear una historia, pero en una sola frase (llamadas greguerías) crea imágenes estupendas. Un ejemplo: El agua se suelta el pelo en las cascadas. Gómez de la Serna define la greguería como la suma de una metáfora más humor. Otra (es que me emociono): Como daba besos lentos, duraban más sus amores.
Otro autor que es grandioso en esto de la brevedad es Cortázar. Lean el librito Historias de cronopios y de famas, es una chulada (y con esa crítica tan erudita, vuelven a valer un comino mis años de estudio).
Oscar de la Borbolla escribió el prólogo de Relatos vertiginosos, y nos dice que todos tendremos el nuestro, el más cotidiano, el inevitable: el epitafio.
Lauro Zavala reúne en su compilación los trabajos de (entre muchos otros) Mario Benedetti, Felipe Garrido, Julio Torri, Ana María Shua, Mónica Lavín, Salvador Elizondo, Eduardo Galeano, Guillermo Samperio.
El libro contiene por supuesto el microcuento más popular. Todos hemos oído hablar de Augusto Monterroso y El dinosaurio, compuesto por tan sólo siete palabras: Cuando despertó el dinosaurio todavía estaba allí. Mi alumnito, por cierto, dijo que era una tremenda estupidez y se inventó como cuatro al hilo, según él. De ninguna manera es así. Una sola oración ofrece una amplia gama de interpretaciones posibles. Hay una sección que gira en torno a El dinosaurio. Todas la microficciones son ejemplos de intertextualidad. Mi favorito es el de José de la Colina, titulado La culta dama:
Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado "El dinosaurio".
-Ah, es una delicia -me respondió- ya estoy leyéndolo.
También incluye parte del Bestiario del maestrísimo Juan José Arreola, sus maravillosas descripciones de los animales más mundanos.
Encontramos parte de la obra Libro que no muerde de la argentina Luisa Valenzuela. Respecto a Valenzuela, Borges dijo que esa mujer era capaz de vender a su madre por un juego de palabras. He aquí uno de sus textos, titulado Crisis:
Pobre. Su situación económica era pésima. Estaba con una mano atrás y la otra delante. Pero no la pasó del todo mal: supo moverlas.
Otra de las secciones está dedicada a relatos sobre sirenas, donde varios de los escritores juegan con el tema, sobre todo parodiando el episodio de la Odisea donde Ulises se resiste al encanto de estos seres.
Relatos vertiginosos está plagado de ingenio, humor. Es un libro divertido, e invita a reflexionar sobre el lenguaje. Vale muchísimo la pena conocer una pequeña muestra de este género tan interesante, donde la brevedad del texto es inversamente proporcional a su riqueza y complejidad.
Sólo lo he encontrado en Alfaguara (buuuu, ya sabemos que son re caros en esa editorial), si lo encuentro en línea comparto el link.